Crisis personal

la verdadera debacle de la vida personal de Charlie, vino en marzo, cuando Denise solicitó el divorcio, pues, cuando estaba embarazada de 6 meses, la actriz porno Chloe Jones apareció en los medios señalando que había pasado una noche de sexo con Sheen. Pese a que éste lo negase rotundamente, las pruebas parecían ser abrumadoras, pero los dos se reconciliaron poco tiempo después; sin embargo en enero de 2006, Denise continuó su proceso de divorcio.

El amargo divorcio fue una auténtica tragedia para Charlie, quien se terminó convirtiendo en un auténtico enemigo para Denise Richards. Para entonces Charlie sufrió una severa recaída con el alcohol y las drogas, como consecuencia de su caótica vida personal, y sufrió una sobredosis por la cual fue internado en el servicio de emergencias de un hospital.

Debido a la magnitud de la situación, su padre, Martin Sheen, decidió que era hora de aclararlo todo por lo cual convocó una rueda de prensa, algo sin precedentes para el reservado hombre de familia, y en ella explicó la situación y anunció que Charlie se estaba recuperando y que una vez que saliera del hospital, sería internado en un instituto de rehabilitación.

Tras nueve meses, Sheen salió de rehabilitación completamente sobrio y restaurado, tras lo cual inmediatamente se dirigió a la prensa en su intención de anunciar su regreso al cine. Pero Charlie todavía estaba por recibir un último golpe, que amenazó con destruir para siempre la ya debilitada carrera de Sheen. El "golpe" en cuestión, era el Caso Heidi Fleiss, la directora de una agencia clandestina de "acompañantes femeninas", y contra la cual la fiscalía de los Ángeles tenía un caso para presentar en los tribunales, pero necesitaban pruebas contundentes contra ella para asegurarse de ganar el caso.

Finalmente la fiscalía obtuvo la prueba que quería, tras salir a relucir el nombre de Charlie como cliente frecuente de los servicios de la agencia de Heidi Fleiss, motivo por el cual le ofrecieron inmunidad y la retirada de toda posible acción legal en su contra a cambio de su testimonio en la corte, a lo cual accedió.

Sheen había solventado los problemas de su vida personal, pero su reputación y su carrera estaban virtualmente arruinadas. Ahora, los productores no veían en Charlie al brillante actor dramático de finales de la década de los 80, sino al ex drogadicto y alcohólico, implicado en un escándalo de prostitución, por lo cual le fue difícil reinsertarse en el medio.